Maurizio Macri pretende llegar a la costa montado en una ola amarilla. El surfista de la nueva política clamó el 6 de marzo ante 8742 personas, que nada lo parará. La exactitud de la cifra surge de las planillas de asistencia al Segundo Encuentro Nacional de Jóvenes en Luján.
Para lograrlo, su tropa ya puso en práctica ciertos vicios del clientelismo, como la retribución en dinero, 65 a 100 pesos por cabeza o simplemente, la hamburguesa y la Coca a cambio de la presencia en un acto.
Una radiografía a buena parte de la militancia que lo acompaña no resiste la prueba de pureza. La misma liturgia que el PRO les atribuye con sorna a fuerzas más populares es patrocinada por sus punteros.
No importa que se trate de peronistas de La Matanza que responden a Alberto Pierri, o de demócratas progresistas que siguen al presidente de la Legislatura, Oscar Moscariello. Para aspirar a la presidencia en 2011 es necesario apelar a viejas recetas cuestionadas que ahora son consideradas válidas, por Maurizio.