Una vez más, lo que prometía ser una jornada negativa para el oficialismo en el Congreso, se convirtió en un traspié opositor, ya que en ambas cámaras debieron levantarse las sesiones por falta de quórum.
Deben marcarse las diferentes situaciones, ya en la Cámara alta, sólo la ausencia del senador riojano Carlos Menem impidió a la oposición alcanzar el quórum de 37 presentes. Esto conllevó una acusación del titular del bloque radical de senadores, Gerardo Morales, quien afirmó que el senador riojano se ausentó porque tiene un acuerdo con el gobierno, lo que posteriormente fue desmentido por el jefe del bloque oficialista, Miguel Pichetto.
El puntano Adolfo Rodríguez Saá, se desligó del tema y dijo que hasta hoy han defendido que el ex presidente haya tenido un deterioro de salud, pero ahora cree que es el senador riojano el que debe explicar su conducta.
Mientras que en Diputados, el oficialismo aprovechó los cuarenta y cinco minutos en que la oposición había estado en el recinto sin reunir quórum, para pedir el levantamiento de la sesión por haberse superado el tiempo reglamentario de 30 minutos de espera, a lo que rápidamente accedió el titular de la Cámara, Eduardo Fellner. En ese momento había en el recinto 116 sentados en sus bancas, 115 de los cuales eran de la oposición.
Por esta decisión, el legislador jujeño fue duramente criticado por la diputada bonaerense y titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Graciela Camaño, quien estaba haciendo uso de la palabra cuando fue aceptado el pedido de levantamiento de la sesión hecho por Agustín Rossi, quien se retiró del recinto con una expresión de triunfo en su rostro.
Minutos más tarde, a pedido de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, se leyó el listado de los ausentes al momento de levantarse la sesión, en un claro pase de facturas a los otros bloques opositores. Del listado surgió que faltaban 7 de los bloques de centroizquierda; 2 del radicalismo, 2 también del PJ, 5 del socialismo y 2 del PRO, uno de ellos, Esteban Bullrich, con licencia.