Empresas aeroespaciales norteamericanas planean usar en sus cohetes un motor de fabricación rusa, NK-33, que el diseñador Nikolai Kuznetsov desarrolló hace 40 años para el programa lunar de la Unión Soviética.
Un portavoz de Aerojet, compañía norteamericana que podría equipar con este motor la primera etapa del propulsor Taurus II, confirmó que sus colegas están completamente satisfechos con el resultado de los ensayos y mantienen ahora consultas adicionales con vistas a la firma de un contrato.
El fabricante de Taurus II, Orbital, ya tiene un acuerdo con la NASA que le permitiría ingresar en los próximos cinco años 1,9 mil millones de dólares gracias al aprovisionamiento de la Estación Espacial Internacional, o ISS por su sigla en inglés.
Recién empezamos a entender cuántas oportunidades se esconden en el NK-33, señaló al respecto Nikolai Nikitin, director ejecutivo de la empresa rusa SNTK Kuznetsov.
La Unión Soviética congeló su programa lunar a principios de los 70, y el NK-33 fue condenado a cubrirse de polvo en un almacén. Varias pruebas recientes demostraron que el empuje de ese motor supera en un 108% las características previstas. Durante los ensayos, el NK-33 se mantuvo operativo durante 617 segundos, casi el triple de lo que se requiere para elevar a la órbita un cohete estadounidense.