El avance de la reforma sanitaria en el camino hacia su adopción final aumenta hoy la tensión partidista en Estados Unidos, donde republicanos y demócratas denuncian amenazas y actos de violencia en su contra.
Los detractores de la propuesta sumaron esta semana la intimidación a los insultos y calificativos racistas y homofóbicos con que escandalizaron a Washington durante la discusión del proyecto de ley en la Cámara de Representantes el pasado domingo.
Congresistas clave para la aprobación del documento en ese ente, como la representante por Nueva York Louise Slaughter, y el de Michigan Bart Stupak, denunciaron las primeras amenazas de muerte, según la página digital Politico.
Desde sectores conservadores como los grupos en pro de la vida atacan a Stupak por cambiar de postura a último minuto, luego de acordar con el presidente Barack Obama la firma de la ley a cambio de una medida contra el aborto.
Pese a que Obama tomó tal disposición como había prometido, los detractores insisten en que se trata de una jugada para ganar votos, mediante una medida de poco peso que puede ser modificada en cualquier momento.
Tanto el legislador de Michigan como Slaughter recibieron mensajes que les prometían su muerte, o la de algunos de sus familiares más cercanos.
Por su parte, desde el bando republicano acusan a los demócratas de atizar las llamas, y el líder de la minoría en la Cámara baja, Eric Cantor, asegura que por ese motivo dispararon contra su oficina.
Lo cierto es que más de una docena de legisladores que dieron el sí a la reforma pidieron hasta este viernes, solicitaron protección adicional, por temor a que alguna de las amenazas se concrete y los convierta en blanco del odio.