A diez días de que se cumpla una nueva conmemoración del 2 de abril, la noticia de que Héctor Omar Cisneros, presidente de la Comisión de Familiares de los Caídos en Malvinas, es uno de los 4.300 agentes de la máxima central de espionaje de la última dictadura militar, causó revuelo en las filas del Poder Ejecutivo. Después de que se revelara el pasado de Cisneros, el oficialismo decidió borrarlo de la lista de invitados para el próximo acto aniversario en Tierra del Fuego, el cual presidirá Cristina Fernández de Kirchner.
El interlocutor de los familiares de los ex combatientes no puede ser un agente de inteligencia. Sin más, el titular de Cascos Blancos, Gabriel Fucks, buscó marcar distancia entre el Gobierno y Cisneros, quien integra el listado de los miembros del Batallón 601, el organismo de inteligencia del Ejército.
En la ONG aseguraron que la noticia causó sorpresa entre sus integrantes y que esperan que Cisneros presente su renuncia al cargo que ocupa desde 1982. Tenemos nuestro propio Astiz en nuestra comisión, sostuvo Víctor Sosa, vicepresidente de esa entidad.