A seis días de la segunda vuelta en el país trasandino, los derechos humanos marcaron las diferencias entre los candidatos presidenciales Eduardo Frei y Sebastián Piñera, en el último debate televisivo antes de las elecciones del próximo domingo, en el que ambos consideran haber triunfado.
Ambos candidatos evitaron confrontaciones y descalificaciones, como en anteriores encuentros, y luego coincidieron en comentar lo positivo del tono del debate, efectuado ante una batería de periodistas.
Sin embargo, el tema de los derechos humanos, especialmente sensible para el electorado chileno, puso en apuros a Piñera, cuya candidatura es relacionada con el régimen represivo de Augusto Pinochet.
Interrogado directamente por la presencia de colaboradores de Pinochet en un eventual gobierno suyo, Piñera comentó que no contempla que ministros del gobierno militar se repitan el plato, pero la respuesta fue considerada evasiva.
Desde que el tema del pinochetismo sin Pinochet se instaló en la carrera presidencial, Piñera ha sido ambiguo sobre personeros de su entorno, con una trayectoria de participación en la dictadura entre 1973 y 1990.
En uno de los pocos momentos de tensión, Piñera afirmó que haber participado en el régimen de Pinochet, no inhabilita ni significa ningún pero, para integrar su eventual gabinete, pero enseguida agregó que cree que no va a haber ningún ministro del gobierno militar en su futuro gobierno.
Por su parte, Frei, quien rechazó cualquier ley de amnistía para los represores, mencionó en varias ocasiones a su padre, el ex mandatario Eduardo Frei Montalva, cuya muerte bajo el régimen militar está aún bajo investigación judicial.
