Irlanda se ha proclamado “Zona Libre de Transgénicos”
La República de Irlanda se ha proclamado “Zona Libre de Transgénicos” y va a introducir un logo “libre de transgénicos” para todo tipo de alimentos incluidos carne, aves, huevos, pescado, crustáceos y productos lácteos, para evitar el vacío legal del etiquetado de los alimentos transgénicos reducido a los vegetales.
Irlanda es el noveno país de la Unión Europea, “Libre de Transgénicos”.
La legalidad europea no permite estas declaraciones aunque 14 Estados quieren cambiar legislación. Francia, Austria, Grecia, Luxemburgo, Hungría, Italia, Polonia y Alemania han prohibido total o parcialmente los cultivos transgénicos. En unos casos se trata de moratoria (aplazamiento de autorización). En otros de prohibición reducida a los transgénicos comerciales (maíz de Monsanto MON-810) o ampliada a los experimentales (caso de Irlanda).
Irlanda siempre ha impedido los cultivos transgénicos comerciales. El único cultivo experimental fue paralizado por una protesta en 1998, primer año de autorización europea. El carácter insular de Irlanda y los vientos del atlántico occidental constituyen una ventajosa barrera a los desplazamientos de polen transgénico procedente de países cercanos.
La Plataforma por una Irlanda Libre de transgénicos consideró clara la decisión del gobierno, aunque espera a su desarrollo legislativo. Pide que las producciones ganaderas que han incluido alimentación transgénica, en algún periodo de la vida del animal no tengan derecho a la certificación “libre de transgénicos”, como pasa en Alemania. Las asociaciones ganaderas afirman que estas medidas facilitarán la eliminación de los piensos transgénicos, en la dieta del vacuno y ovino irlandés, teniendo en cuenta que la abundancia de pastos requiere de poco pienso.
Debemos felicitarnos por la decisión de Irlanda, nos dice Pilar Galindo, militante de los Grupos Autogestionados de Konsumo (GAKs), pero hay que estar prevenidos ante el doble carácter de las Zonas Libres de Transgénicos. Buscan proteger a su territorio, sus consumidores y sus productos. Pero al no cuestionar la producción transgénica fuera de su territorio, facilitan la coexistencia pacífica de países transgénicos y no transgénicos en el mercado global. La simple defensa de una alimentación sin transgénicos, lejos de frenar el avance mundial de los transgénicos, estimula su implantación en algunos países. El miedo a los transgénicos potencia un mercado exclusivo libre de transgénicos. El gobierno irlandés y la plataforma “Irlanda Libre de Transgénicos” valoran la prohibición en Irlanda como una ventaja competitiva para sus exportaciones de carne de calidad libre de transgénicos.
Este movimiento incipiente que se viene desarrollando en Europa, nos muestra como nuestra patria sojera y ganadera, más que apuntar al futuro sólo apuesta a la inmediatez absoluta.