Néstor González, un radioaficionado de 62 años al que se le encontró toda clase de equipos de comunicaciones, antenas y armas en su casa, fue detenido ayer por orden del juez federal Ariel Lijo, bajo sospecha de haber sido el autor de las amenazas que recibió Cristina Kirchner mediante una interferencia a la radio del helicóptero en el que viajaba desde Olivos hacia la Casa Rosada. Según un primer peritaje de voces, la suya podría haber sido la que se oyó en la frecuencia operativa de la torre de control del Aeroparque Jorge Newbery el 11 de diciembre, justo cuando empezaba el juicio a los represores de la ESMA. ¡Maten a esa yegua!, fue la primera advertencia que se filtró. ¡Maten al pescado!, siguió la voz. Luego sonó La avenida de las Camelias, la típica marcha militar de los comunicados de la última dictadura.
Los investigadores llegaron a González por la declaración de un testigo vinculado al mundo de los radioaficionados. En el allanamiento en su casa, en Monte Grande, encontraron antenas portátiles y fijas, equipos de comunicación, valijas para interferencias y hasta grabaciones de la torre de control de Aeroparque, que están siendo analizadas para determinar, entre otras cosas, de qué fecha son. También hallaron una escopeta calibre 14 y un revólver calibre 22. González no tiene antecedentes penales, pero sí colecciona sanciones de la Comisión Nacional de Comunicaciones por obstaculizar comunicaciones.