El presidente colombiano Juan Manuel Santos, con apenas cuatro meses de gobierno, asumió el 7 de agosto, ha venido mostrando una diferencia notable en la forma de llevar sus relaciones internacionales, en comparación con su beligerante antecesor Alvaro Uribe, aunque los expertos no lo consideran así.
Lo anterior ha sido apreciado por los colombianos en las demostraciones de confianza y solidaridad por parte de Santos con sus homólogos de la región, reduciendo las tensiones heredadas del gobierno de Uribe y recurriendo a la diplomacia formal antes que a la del micrófono.
Con Estados Unidos, siempre importante a la hora de analizar la política exterior colombiana, ha llegado a plantearse desde el gobierno la generación de una nueva agenda, en la que la seguridad y el narcotráfico no seguirán siendo el centro de la relación, sino otros temas de carácter científico y social.