Perú continúa hoy bajo el impacto de la divulgación de mensajes diplomáticos confidenciales de Estados Unidos por el portal de Internet Wikileaks que hablan de corrupción militar por el narcotráfico.
La repercusión oscila entre la indignación de los afectados y los intentos gubernamentales de sofocar el incendio mediático tratando de minimizar los comprometedores informes, publicados ayer por los diarios.
El canciller, José García Belaunde, calificó de chismes los cables y dijo que no deben generar conflictos externos, y el ministro de Defensa, Jaime Thorne, descartó que puedan afectar las relaciones con Estados Unidos.
García Belaunde dijo, sin embargo, que le sorprende que McKinley no hubiera transmitido sus informaciones al gobierno peruano, pues nunca trató los temas materia de los cables con la Cancillería.