El presidente de Ecuador, Rafael Correa, admitió hoy que la acumulación de penas hacia los delincuentes es una medida adecuada para controlar la inseguridad, la cual se ha incrementado últimamente en el país andino.
Tras su llegada hoy a la ciudad de Guayaquil, Correa manifestó su acuerdo para que se acumulen las penas y exista un trabajo conjunto, con el objetivo de resolver el flagelo de la inseguridad en Ecuador.
Durante su discurso, el presidente lamentó el asesinato de un niño de 10 años, hijo del periodista deportivo Rómulo Barcos, ocurrido el pasado 20 de noviembre en esta ciudad, ante lo cual admitió sentirse -destrozado-.
En los últimos días, la delincuencia y la inseguridad en Ecuador han causado, especialmente en Guayaquil, dolor y consternación por la pérdida de vidas inocentes, incluyendo a niños, adolescentes, mujeres y padres de familia.