Los ministros de Exteriores de la Unión de Naciones Suramericanas Unasur, no consiguieron el jueves, en Quito, limar las asperezas entre Colombia y Venezuela, que terminaron rompiendo la cuerda de las relaciones diplomáticas de ambos países, la semana pasada.
Toda la diplomacia de América del Sur, reunida durante cuatro horas en la capital ecuatoriana, no fue suficiente para conseguir que el canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Colombia, Jaime Bermúdez, pasaran página al cruce de acusaciones, que les separa desde que el Gobierno colombiano, acusara el pasado 22 de julio al Ejecutivo de Hugo Chávez, de dar cobertura a la guerrilla de las FARC y del ELN, en su territorio. Tras ese episodio, Chávez anunció la ruptura de las relaciones con su vecino con duras acusaciones de complot con Estados Unidos contra el presidente colombiano, Álvaro Uribe.
Tras el infructuoso encuentro, los cancilleres y vicecancilleres de Argentina, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Brasil, Bolivia y Surinam, se dieron por vencidos, y apostaron porque sean los jefes de Gobierno de sus respectivos países, quienes traten de mover el hilo del inmovilismo, en el que ha caído la crisis. Ecuador, país que ostenta la presidencia temporal de Unasur, será el encargado de convocar la cumbre presidencial.