Al cumplirse un año del golpe de Estado en Honduras, contra el presidente Manuel Zelaya Rosales, la polarización social y política, persiste en medio de los esfuerzos que encabeza el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, para dejar atrás esa infausta página de la historia hondureña.
Grupos conservadores que apoyaron el derrocamiento de Zelaya, entre ellos la Unión Cívica Democrática y líderes del Partido Nacional, en el gobierno, se mantienen en pie de guerra, y al censurar a Lobo Sosa, quien a su vez ha denunciado que ya los tiene ubicaditos, que sabe bien quiénes son, porque tiene toda la información. Aunque Lobo ha hecho un trabajo fino y obediente, para satisfacer las demandas de la comunidad internacional, a fin de obtener el reconocimiento pleno a su gestión, ésta apenas ha recibido el respaldo, de un medio centenar de países.
De hecho, el reingreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos, de donde fue separada el 4 de julio del 2009, sigue pendiente y se mira lejos.
